La mayor parte de información que recibimos es a través de los ojos. Está científicamente comprobado que nuestra memoria trabaja mejor con aquellos contenido visuales que auditivos. Es por eso que, en cada uno de los aspectos de la vida, existen guías y espacios en blanco que marcan la dirección de nuestros objetivos.

Desde el nacimiento existen reglas, patrones y guías que se deben seguir. Para que todo funcione correctamente estas guías y este orden está presente diariamente, incluso al ser desordenado (sea en tu trabajo o en casa). Es curioso que aún cuando no se tiene consciencia del orden, uno puede recordar donde se encuentra cada cosa ya que tu memoria te va guiando y te lleva al momento en que se colocó el objeto y sigues el patrón sin darte cuenta. Porque, sin percatarnos, al caminar, al comer, al bailar de un lado al otro, entre otros, vamos siguiendo líneas imaginarias; en todo momento seguimos estos parámetros que no vemos pero que sí respetamos.

Nuestro cerebro lo hace de forma instantánea y en el diseño gráfico no es la excepción. Al igual que en nuestra vida, el diseño es parte esencial para cualquier tarea, ya sea en la forma de combinar nuestro outfit al vestirnos, al decorar un platillo para que sea agradable a la vista, entre otros tantos temas, lo que no podemos dejar atrás es la publicidad. En cada anuncio publicitario, revistas, libros, incluso en la televisión y en el diseño editorial se tienen guías que toman vida propia.

Todo esto gracias a las líneas imaginarias, esos espacios en blanco que le dan forma y nos ayudan a captar e ir transmitiendo la esencia a través del diseño.

¿Cómo hacer un buen contenido editorial?

En el tema editorial no solo se debe revisar minuciosamente la ortografía, también se debe cuidar el movimiento del texto y la unión de las imágenes a cada palabra. Se debe motivar al lector para disfrutar el contenido de la obra.

Generar este interés entre contenido y consumidores es posible gracias a las retículas, es decir, las estructuras hechas en dos dimensiones con el objetivo de darle forma y orden racional al contenido, ya sean textos, imágenes e incluso videos para hacer más fácil la visualización.

Asimismo, el diseño editorial tiene dentro de sus principales características la posibilidad de modificar y adaptar, de acuerdo a los gustos, atracciones e interes del público al cual va dirigido cada proyecto. En una publicación todo importa: desde la portada, hasta la tipografía, los márgenes, los colores, la disposición de las imágenes y el texto.

Ahora bien, el éxito no solo está en la calidad de contenido, sino en la relación entre forma y diseño. Aquí es donde entran las columnas, las cuales dan el orden y el movimiento dentro del formato requerido.

Una columna se utiliza cuando se pretende usar solo texto: de dos a tres columnas, facilitan la combinación de textos e imágenes, junto con diferentes tipografías y sin deformar el diseño de la composición; de cuatro a más columnas, se utilizan cuando se tiene mucho texto de por medio, tal es el caso de periódicos, revistas y libros.

Es por eso que la importancia de la apariencia física es vital, aprendemos a través de esquemas, de gráficos y recordamos con mayor facilidad una imagen o un buen diseño que nos cautive visualmente, ya que ese es el principal objetivo del diseñador; crear un diseño que resulte atractivo y funcional para el lector, consiguiendo una armonía entre la imagen y el texto para así tener una publicación de calidad.

-Deborah Rocha

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