Los fenómenos sociales pueden definirse como aquellos eventos que suceden dentro de una parte de la sociedad que modifican una conducta colectiva. Estas situaciones pueden originarse desde distintos ámbitos como la economía, el gobierno, la religión, etc.

En redes sociales estos fenómenos se pueden traducir como tendencias, es decir, aquellos temas en los que una alta cantidad de usuarios expresan una opinión, un contenido o comparten distintos puntos de vista; aunque también existen aquellos que simplemente las revisan para adquirir nuevos datos e información. El lugar más popular para observar esto es en Twitter.

De acuerdo a Hootsuite, el número de contenidos para convertir un tema en HT (Hashtag) depende del horario y del número de personas que lo comparten:

  • De 4:00 a 10:00 horas se necesitan 1,200 tuits y 500 usuarios.
  • De 10:00 a 16:00 horas se necesitan 1,700 tuits y 734 usuarios.
  • De 16:00 a 22:00 horas se necesitan 1,500 tuits y 811 usuarios.
  • De 22:00 a 4:00 se necesitan 1,900 tuits y 923 usuarios.

Parece fácil alcanzar estos números, sin embargo, es por esto mismo que las tendencias varían en tan solo unos minutos. Pocos temas permanecen en tendencia durante más de un par de horas.

Actualmente hemos sido testigos de cómo temas que surgen en lo digital se convierten en fenómenos sociales, por ejemplo, la Primavera Árabe, los movimientos #MeToo, #TakeAKnee y #BringBackOurGirls, entre otros; o bien, (uno más cercano a nuestro país) el famoso #YoSoy132.

¿De dónde surgen estos fenómenos? La mayor parte de las ocasiones estos movimientos surgen de un descontento social iniciado por un grupo que se vio afectado; a continuación, otros grupos y usuarios, empáticamente, toman el problema como suyo y exigen una pronta solución al tema. Al término, los involucrados (probablemente con distintas representaciones sociales) forman una misma colectividad con una sola voz, la cual aumenta su alcance e impacto por tener acceso a distintos estratos o grupos sociales.

Las redes sociales dejaron de ser únicamente plataformas digitales para convertirse en un semillero de conciencias colectivas y transformar la conversación digital en acciones políticas.

-Roberto Femat

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