La comunicación actual se encuentra dominada por el content marketing, la narrativa y el storytelling, porque nos han dicho que estos definen el modo en que estructuramos, distribuimos y recibimos mensajes.
La base de este pensamiento encuentra solidez cuando volteamos a ver nuestro pasado, somos una especie propensa a contar y escuchar historias. Nuestro cerebro está siempre buscando patrones o esquemas reconocibles y repetitivos que nos faciliten la supervivencia y evolución.
La narrativa, como herramienta, transforma el discurso en ideas ordenadas que constituyen un patrón, lo vuelve fluido convirtiéndolo en un relato ordenado.
Todas las mañanas el Presidente López Obrador busca que su narrativa permee en el tejido social, cultural y político de nuestro país.
¿Qué tan efectivo ha sido esto?
Analicemos la conversación digital de algunos temas que dominaron el mes de enero y que fueron impulsados desde el Palacio Nacional.
Visualizar el “boca a boca” digital es interesante, porque la queja o aplauso es mucho más real, el ciudadano digital tiende a ser más honesto con su pensar. Y es sabido por todos, que el partido en el poder opera una red enorme de “ciudadanos bots”, que justamente intentan que la narrativa dada desde el palacio permee en la conversación real ciudadana.
La Guardia Nacional en el Metro de la CDMX
La narrativa: La guardia ayudará a la ciudadanía
El mensaje en Redes Sociales (RRSS) impulsado por las cuentas bot: La guardia es lo mejor que nos ha pasado, vean todas las buenas acciones que realizan.
Realidad: Gráfica 1
Los distintos colores representan nodos de conversación de diferentes comunidades, en color negro podemos ver los esfuerzos, que no son pocos de las cuentas pro-gobierno que intentan colocar su mensaje en la conversación ciudadana.
En este caso, es claro que no lo lograron. La conversación de la presencia de la Guardia Nacional en el metro de la cdmx está completamente alejada de la narrativa presidencial.
El INE vs. el Plan B
La narrativa: Ya “chole” con las marchas, es reestructurar al INE
El mensaje en RRSS impulsada por las cuentas bot: Las cuentas afines al gobierno y a la 4T critican a distintos personajes llamándolos “persona non-grata” específicamente a los consejeros Ciro Murayama y Lorenzo Córdoba. El objetivo es claro, dañar la reputación de los consejeros y de las personas cercanas al INE.
¿Lo lograron?
Ver Gráfica 2
Podemos observar que, aunque la red de Morena y la 4T no se encuentra tan alejada como en el ejemplo anterior, tampoco logra integrarse en el centro de la conversación.
Esto tiene que ver con distintos factores, uno de ellos es que evidentemente la narrativa no empata con el sentir que predomina en la red social, el segundo, las cuentas utilizadas carecen de credibilidad ante los ciudadanos digitales, es por ellos que aparecen alejados del bullicio digital, su mensaje carece de impacto.
¿Y la oposición?
Hemos analizado como se desarrolló la narrativa presidencial en el espectro digital. Evidentemente el resultado es negativo, pero ¿Qué pasa con la oposición?
Se encuentra igual o más desconectada que los esfuerzos gubernamentales, el problema con la oposición es justamente que no encuentra la forma de integrar a su narrativa los temas que a la sociedad le interesan, en las graficas anteriores observamos que se encuentran en medio de la conversación, pero su mensaje se separa del mensaje orgánico.
La oposición necesita entender al ciudadano y como y de que conversa en el mundo digital para que en un futuro su mensaje permee de manera natural. De lo contrario tendrá los mismo resultados que hoy tiene la narrativa del Palacio Nacional.
En Torres y Carrera México hemos realizado ejercicios con distintos avatares para integrarnos a narrativas relevantes en la conversación digital que a ellos interesa.
Ver Gráfica 3
Cuando logramos entender como colocar una narrativa en el centro de la discusión digital, los avatares son los que lideran la conversación.
El contenido sigue siendo el rey, las palabras pesan cuando transmiten experiencias, cuando éstas son impulsadas por datos.
